
I
Doménico Zipoli estudió y ganó consideración y respeto dentro del ambiente musical de la Roma de fines del siglo XVII. Consiguió trabajo como organista de una iglesia y compuso prolificamente. Doménico, se sentaba en el órgano de la Iglesia de Gesú y escribía. Había algo de los acordes que lo maravillaba, la combinación de los armónicos, el brillo de los agudos y la profundidad de los graves. Una tarde escribió sobre una armadura de sol un arreglo de voces en movimiento contrario. Cuando lo miró de nuevo se estremeció.
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